martes, 29 de junio de 2010

Educación integral en Chile

Andrea Santibañez Garrido

En la actualidad mucho se habla de calidad de la educación y del mejoramiento de esta, de los resultados del SIMCE y de los resultados de la evaluaciones docentes. ¿Pero que sucede con la integración escolar? ¿Qué sucede con aquellos niños y jóvenes discapacitados que necesitan de una educación enfocada en sus necesidades educativas especiales?

Creo que para poder tener una idea de la educación integral es necesario conocer de donde surge y cuales son sus bases:

Según la Declaración de Salamanca (1994) “los sistemas educativos deben ser diseñados y los programas aplicados de modo que tengan en cuenta toda la gama de esas diferentes características y necesidades”, “la persona con necesidades educativas especiales debe tener acceso a las escuelas ordinarias, que deberán integrarlos en una pedagogía centrada en el niño, capaz de satisfacer esas necesidades” y “las escuelas ordinarias con esta orientación integradora representan la medida mas eficaz para combatir las actitudes discriminatorias, crear comunidades de acogida, construir una sociedad mas integradora y lograr una educación para todos”.

Si nos ponemos a analizar lo que señala esta declaración, como tantas otras, podemos darnos cuenta de que aun nos falta mucho para ser un país integrador, y sobre todo en el ámbito educativo. Quizá si existen programas y políticas de integración educacional, y hemos avanzado algo durante todos estos años, pero aun falta demasiado. Basta con saber que:
- Existe tan solo una ley la Nº 19284 que establece las normas para la plena integración social de las personas con discapacidad.
- Recién en 1990 se establecen por primera vez normas que regulan la integración escolar.
- En 1998 se implementa el decreto Nº 1 de integración escolar.
- El 2003 se diseña una política de Educación Especial.
- El 2004 es el lanzamiento de la Política de Educación Especial. Que nunca ha sido implementada completamente.

Lamentablemente en Chile las escuelas integrales, de integrales tiene muy poco, ya que los alumnos con necesidades educativas especiales con sacados en varias oportunidades de la sala de clases para asistir a las aulas didácticas, donde se encuentran con los educadores diferenciales o los psicopedagogos, quienes se encargan de enseñar propiamente tal, todo lo que en una clase ordinaria no comprendieron, de evaluarlos de manera distinta solo a ellos y de brindar todo aquello que un profesor común no puede. ¿Pero existe interactividad con el resto de sus compañeros? ¿Existe un real interés por el profesor de matemática, saber si aquel alumno integrado esta aprendiendo en su clases? ¿Aquel alumno con necesidades educativas especiales se sentirá cómodo en una clase que no entiende y con compañeros que lo discriminan?

La realidad es que cercanía de un alumno integral con sus demás compañeros se ve afectada por las burlas y la discriminación ya que a los demás alumnos nadie les enseña que es la integridad y que es el respeto a la diversidad. La realidad es que ese profesor de matemática, ciencia o lenguaje muy poco le importa si el niño integrado aprende en su asignatura o no, al fin y al cabo “ese no es su trabajo” y esta “capacitado para hacerlo”. La realidad es que aquel niño integrado termina siendo blanco de burlas y discriminación, por lo que se aleja y teme más a la sociedad, volviendo a una escuela especial.

Es por esto que para muchos actores del ámbito educativo la integración constituye un desafío lejano de poder llevarse a la práctica, con muchos costos de diversa índole y varios problemas asociados a la gestión organizacional y al desempeño profesional. Estas dificultades son un obstáculo al desarrollo de la integración escolar, tanto para inhibir la creación de proyectos de integración en las escuelas, como para desanimar a las escuelas que ya iniciaron con estos proyectos y que toman conciencia de la falta de capacidades que poseen para enfrentar este desafío educativo. Esto ultimo, se explica en aquellos casos en los cuales se ha iniciado el transito de alumnos de la escuela especial a la regular, sin que existan las condiciones necesarias en las instituciones educativas ni en los docentes.

Todas están falencias de la llamada política de integración escolar del MINEDUC y la elaboración de proyectos de integración en las escuelas, son el reflejo de que no se le ha dado la verdadera importancia, de que no ha habido un trabajo exhaustivo para implementar, aplicar y para conseguir finalmente que la integración escolar este funcionando como debiera.

Si creemos que somos un país en vías de desarrollo y que somos capaces de hacer grandes cambios en nuestra sociedad por que no creer también en que el futuro de Chile y de todos sus logros está en las manos de cada uno de los habitantes de este país. ¿Por que solo nos centramos en los inteligentes y los que poseen cualidades llamativas, por que no también nos centramos en el que con su mayor esfuerzo logra escribir su nombre, por que nos centramos en aquel que no es bueno para la matemática pero que si es el mas solidario de la clase, por que no nos centramos en aquel que con esfuerzo llega a clases y pone todo de si para ser mejor el día de mañana? Es en esos niños donde se encuentra el futuro de Chile.

Es por eso que nosotros como próximos educadores debemos poner énfasis en que la integración sea una realidad hoy y no un proyecto a largo plazo para el mañana. Somos los que debemos conseguir por todos los medios de que la integración escolar este fundada principalmente a favor de las minorías con el fin de otorgar igualdad de oportunidades a cada niño joven y adulto, con el fin de crear una sociedad basada en la integridad el respeto y la aceptación.

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