martes, 29 de junio de 2010

Discriminación a los niños con necesidades educativas especiales

Autor: Dayana Herrera Fernández

 

Para comenzar definiré la discriminación como el acto de separar o formar grupos a partir de criterios determinados. En un sentido más amplio, la discriminación es una manera de ordenar y clasificar. Pero también se refiere al acto de hacer una distinción o segregación que atenta contra la igualdad de oportunidades. Pero nos podríamos preguntar: ¿Por qué existe la discriminación? ¿Por qué no podemos vivir todos juntos en armonía? ¿Por qué cuesta tanto no fijarse en las demás personas cuando son “diferentes”?

 

Es esta desigualdad la que nos hace pensar en tantos niños que teniendo algunos problemas de distinto índole sean discriminados y/o separados del resto de las personas “normales” en vez de ayudarlas en el problema que les afecta.

 

Esto no solo pasa en Chile sino en distintos países, hasta en los más desarrollados. Así nos damos cuenta que la discriminación de niños con necesidades educativas especiales es a nivel mundial aun existiendo sus derechos como niños; como los que dicen:

 

…”Se les dará una educación que favorezca su cultura general y le permita, en condiciones de igualdad, la oportunidad de desarrollar sus aptitudes, su juicio individual, su sentido de responsabilidad moral y social y llegar a ser un miembro útil de la sociedad”… (Art. 7)

 

…”El niño debe ser protegido contra las prácticas que puedan fomentar la discriminación de cualquier índole. Debe ser educado en un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad, paz y fraternidad”… (Art. 10)

 

En la antigüedad estos derechos no existían, y es por ello que en la época romana se hacia referencia a estos niños como “locos” que solamente servían para diversión de ricos o senadores, o bien, eran abandonados, e incluso existía el infanticidio donde eran tirados de grandes precipicios, bajo la autorización paterna, solo por el echo de no ser iguales a los demás.

En la edad media los cristianos mejoraron la situación, creando hospitales, pero en general, se les consideraban enfermos o personas poseídas por el demonio.

En el siglo XVI se crea un cambio ideológico, encontrándose algunas iniciativas en pro de enseñar a estas personas especiales: por ejemplo, Pedro Ponce de León enseña a un pequeño grupo de niños sordos a hablar, leer y escribir.

Posteriormente  en París, se abre la primera escuela de sordos en 1760. También se funda para los niños ciegos en 1784 una institución en París y uno de sus alumnos fue Braille.

Es por todo esto que comenzó a prestar más atención a la educación, operándose un cambio radical en las actitudes profesionales y públicas hacia las necesidades educativas especiales (NEE).

Los padres se involucraron mas en la educación de sus hijos, de esta forma los niños se sentían mas apoyados y esa es una buena forma de poder salir adelante no importando lo que dijera la gente, sino solamente mirando el bienestar del pequeño.

Hubo además una ampliación en los servicios sociales y de salud que permitió identificar los puntos fuertes y débiles de cada alumno con el fin de asegurarle una educación más apropiada  dentro de un amplio abanico de necesidades.

 

En casos muy extremos, pero no por ellos menos frecuente, sabiendo que estamos en el siglo XXI, todavía se puede ver que la población discapacitada de nuestra sociedad es invisible y se encuentra en la máxima vulnerabilidad y abandono. En las comunidades urbanas y rurales se mantienen al interior de los hogares o deambulando por las calles en condiciones precarias y de indigencia.

En los casos de discapacidad motora las familias no cuentan con sillas para movilizarlos y se pasan el día acostados en una cama, sentados en una silla o arrastrándose por el suelo. Para bañarlos y alimentarlos los familiares tienen que cargarlos.

La presencia de una persona discapacitada en una familia se percibe como una desgracia, no hay conciencia sobre las destrezas que pueden desarrollar y el derecho que tienen de interactuar con su entorno social en condiciones de equidad. Se percibe que las personas discapacitadas “no es normal” y “no puede valerse por sí mismo”. Esta visión cultural dificulta su inserción a los contextos educativos, grupos de pares y contexto social en general.

 

Pero se puede llegar a una conclusión alarmante y es que la educación llamada por definición  a capacitar a las generaciones para vivir, promover y reforzar la diversidad cultural, no ha hecho sino que reproducir los mecanismos de discriminación.

Por ejemplo, en la educación la segregación es discriminatoria cuando se crean escuelas diferentes para separar a alumnos por razones raciales, étnicas, lingüísticas, clases sociales, religión, género u otras razones como las NEE.

 

Asimismo, el currículum de manera consiente o inconsciente ha contribuido a generar esteriotipo, prejuicios y actitudes negativas o sea la discriminación.

Una forma particular de materialización de la discriminación, tal vez una de la más sutil, pero no por ello menos potente. Es la lástima. Se  supone que esta superposición no niega ni compensa el acto discriminatorio, pero si pareciera tranquilizar la conciencia de quien directa o indirectamente discrimina y puede contribuir a reforzar el acto de discriminación.

 

La discapacidad de cualquier tipo, se ha convertido en un factor excluyente en materia de educación. Por ejemplo: niños con algún tipo de trastorno de atención, han sido catalogados como alumnos perturbadores, y sus padres por esto han debido buscar una alternativa que les brinde educación.

En vez que el establecimiento al cual pertenece el alumno sea quien brinde los recursos para que sea educado de una mejor forma, aquí se puede ser que la integración escolar esta muy lejos de verse, ya que por cualquier motivo o trastorno los alumnos tendrían que buscar establecimientos especiales. De una u otra forma la segregación se presenta en su amplitud, y los derechos del niño se ven truncados por una desición que lo excluye a poder ser parte de la educación regular a convivir y aprender con la diversidad humana.

Es por esto, que son pocos los niños con NEE, que son inscritos en los establecimientos ya que éstos  no cuentan con herramientas pedagógicas, infraestructura física, equipos ni materiales educativos para trabajar con esta población y su presencia se convierte en un conflicto.

 

Para tener una educación más igualitaria y con oportunidades de adquirir el desarrollo esperado a cada nivel educacional, se necesita del trabajo con las escuelas y también desarrollarse procesos educativos hacia la ciudadanía a través de los medios de comunicación y otros medios de educación informal para romper con la discriminación y la violación a los derechos que tiene esta población.

Como antes se menciona la discriminación se da en todo contexto, no solo en la escuela, ya que la sociedad es una de las influencias negativas que genera en los niños el discriminar  a las personas que no son  iguales a ellas y así no considerarlas “normales”. Aunque se reconoce que todos somos distintos, y que las diferencias son inherentes al ser humano. Por ejemplo: hasta los gemelos aunque sea en lo más mínimo tiene algo que los diferencia, nadie es igual a otro, parecido puede ser, pero la igualdad misma no existe entre los seres humanos.

 

Podríamos mencionar que más de 600 millones de hombres, mujeres y niños padecen algún tipo de impedimento físico, mental o sensorial, lo que corresponde al 10% de la población mundial. El 80% de estas personas viven en los países en desarrollo. La mitad de las personas con discapacidad ésta en edad de ejercer actividades profesionales.

Este grupo de personas comúnmente sufren discriminación o son marginados, es decir, se les niega oportunidades educativas básicas a los niños, se les excluye en el momento de dar trabajo  o se les dan empleos de baja categoría o su remuneración es baja. Las limitaciones físicas les impiden tener acceso a la mayor parte de los lugares públicos, ya que no todos están capacitados para el ingreso de estas personas y las actividades sociales los excluyen de la vida cultural y de las relaciones sociales normales.

Por todo esto podríamos concluir que la palabra discriminación puede identificarse con algunas palabras: como la crueldad, frialdad, indiferencia, odio, maldad…

Las minorías son discriminadas solamente por ser menores en cantidad, pero que pasaría ¿Si la mayoría de las personas fueran discapacitadas y sólo un porcentaje de la población mundial fuese normal?

Sería bueno que alguna de las personas que discriminan a los otros por ser diferentes fueran distintos a los demás sólo por un día, para que entendieran la humillación a la que ellos deben someterse cotidianamente.

Cada vez que se discrimina a alguien se hace porque esa persona es diferente. Pues bien, esto es porque las diferencias que muestran son notorias. Pero nadie se ha puesto a pensar en que en uno u otro sentido todos somos diferentes en pequeños aspectos. Lo cual sería lo mismo que discriminar a alguien, porque tiene el cabello más largo o más corto, o porque le gusta jugar a tal deporte, o porque tiene los ojos de un determinado color.

 

Las personas con discapacidad se caracterizan por poseer una reserva de talento y energía que debe ser destacada. Es por ello, que necesitan de la ayuda de personas que las alienten y protejan de gente con muy poca conciencia moral, que se dejan influenciar por los demás. 

Necesitamos a gente comprometida de hacer de esta sociedad más igualitaria, aunque las leyes existen, es la gente la que debe hacer que éstas se cumplan.

Sobre todo con la existencia de personas que requieren más cuidado y dedicación, pero en general son personas con sentimientos, que pueden amar, que merecen ser libres y no encasilladas de “anormales”, que tienen tanto derecho como las que se creen “normales” pero ¿Que tan normales son, si no pueden aceptar al que esta al lado porque no es igual a ellos? tal vez ni se aceptan a ellos mismos.

Esperemos que caiga en todas las conciencias que la discriminación es una de las formas mas bajas que puede caer una persona.

Dios nos ama a todos, sin importarle nuestra condición, para él todos somos iguales porque no podemos hacer como él y aceptarnos unos a otros sin importarnos nada, solamente vivir todos juntos en armonía.

 

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